En marzo de 2002, la Cumbre de Monterrey sobre financiación del Desarrollo marcó un paso atrás gigantesco en las luchas de la sociedad civil. La reunión dio letras de nobleza al estancamiento de la ayuda pública al desarrollo, y su supuesta sustitución por asociaciones público/privado. La Tasa Tobin, de la que sigue hablando muchísimo, quedó allí enterrada para siempre. O, mejor dicho, desvirtuada. Actualmente, cuando se sigue hablando de "Tasa Tobin", es para evocar los eternos lanzamientos y relanzamientos, a escala europea, de una "Tasa a las Transacciones Financieras", cuya recaudación de hecho iría a tapar agujeros en presupuestos de los países del Norte. El proyecto inicial preveía lo contrario: financiar el desarrollo del Sur gracias a los excesos de la hiperfinanza. |